1 Reyes, 22
El profeta Miqueas (2 Cr 18)
22 1Pasaron tres años sin que hubiera guerra entre Siria e Israel. 2Pero al tercer año, Josafat, rey de Judá, fue a visitar al rey de Israel, 3y éste dijo a sus ministros:
–Ya saben que Ramot de Galaad nos pertenece; pero nosotros no hacemos nada para quitársela al rey sirio.
4Y preguntó a Josafat:
–¿Quieres venir conmigo a la guerra contra Ramot de Galaad?
Josafat le contestó:
–Tú y yo, tu ejército y el mío, tu caballería y la mía, somos uno.
5Luego añadió:
–Consulta antes la Palabra del Señor.
6El rey de Israel reunió a los profetas, unos cuatrocientos hombres, y les preguntó:
–¿Puedo atacar a Ramot de Galaad o lo dejo?
Respondieron:
–Vete. El Señor se la entrega al rey.
7Entonces Josafat preguntó:
–¿No queda por ahí algún profeta del Señor para consultarle?
8El rey de Israel le respondió:
–Queda todavía uno: Miqueas, hijo de Yimlá, por cuyo medio podemos consultar al Señor; pero yo lo aborrezco, porque no me profetiza cosas buenas, sino desgracias.
Josafat dijo:
–¡No hable así el rey!
9El rey de Israel llamó a un funcionario, y le ordenó:
–Que venga en seguida Miqueas, hijo de Yimlá.
10El rey de Israel y Josafat de Judá estaban sentados en sus tronos, con sus vestiduras reales, en la plaza, junto a la puerta de Samaría, mientras todos los profetas gesticulaban ante ellos.
11Sedecías, hijo de Canaaná, se hizo unos cuernos de hierro y decía:
–Así dice el Señor: Con éstos embestirás a los sirios hasta acabar con ellos.
12Y todos los profetas coreaban:
–¡Ataca a Ramot de Galaad! Triunfarás, el Señor te la entrega.
13Mientras tanto, el mensajero que había ido a llamar a Miqueas le dijo:
–Ten en cuenta que todos los profetas a una le están profetizando buena fortuna al rey. A ver si tu oráculo es como el de cualquiera de ellos y anuncia la victoria.
14Miqueas replicó:
–¡Por la vida de Dios, diré lo que el Señor me manda!
15Cuando Miqueas se presentó al rey, éste le preguntó:
–Miqueas, ¿podemos atacar a Ramot de Galaad o lo dejamos?
Miqueas le respondió:
–Vete, triunfarás. El Señor se la entrega al rey.
16El rey le dijo:
–Pero, ¿cuántas veces tendré que tomarte juramento de que me dices únicamente la verdad en nombre del Señor?
17Entonces Miqueas dijo:
–Estoy viendo a Israel desparramado por los montes, como ovejas sin pastor. Y el Señor dice: No tienen amo. Vuelva cada cual a su casa, y en paz.
18El rey de Israel comentó con Josafat:
–¿No te lo dije? No me profetiza cosas buenas, sino desgracias.
19Miqueas continuó:
–Por eso escucha la Palabra del Señor: Vi al Señor sentado en su trono. Todo el ejército celeste estaba de pie junto a él, a derecha e izquierda, 20y el Señor preguntó: ¿Quién podrá engañar a Ajab para que vaya y muera en Ramot de Galaad? Unos proponían una cosa y otros otra. 21Hasta que se adelantó un espíritu y, puesto de pie ante el Señor, dijo: Yo lo engañaré. El Señor le preguntó: ¿Cómo? 22Respondió: Iré y me transformaré en oráculo falso en la boca de todos los profetas. El Señor le dijo: Conseguirás engañarlo. ¡Vete y hazlo! 23Como ves, el Señor ha puesto oráculos falsos en la boca de todos esos profetas tuyos, porque el Señor ha decretado tu ruina.
24Entonces Sedecías, hijo de Canaaná, se acercó a Miqueas y le dio una bofetada diciéndole:
–¿Por dónde se me ha escapado el Espíritu del Señor para hablarte a ti?
25Miqueas respondió:
–Lo verás tú mismo el día en que vayas escondiéndote de habitación en habitación.
26Entonces el rey de Israel ordenó:
–Apresa a Miqueas y llévalo al gobernador Amón y al príncipe Joás. 27Y les dirás: Por orden del rey, metan a éste en la cárcel y ténganlo a pan y agua hasta que yo vuelva victorioso.
28Miqueas dijo:
–Si tú vuelves victorioso, el Señor no ha hablado por mi boca.
29El rey de Israel y Josafat de Judá fueron contra Ramot de Galaad. 30El rey de Israel dijo a Josafat:
–Voy a disfrazarme antes de entrar en combate. Tú vete con tu ropa.
Se disfrazó y marchó al combate.
31El rey sirio había ordenado a los comandantes de los carros que no atacasen a chico ni grande, sino sólo al rey de Israel. 32Y cuando los comandantes de los carros vieron a Josafat, comentaron:
–¡Aquél es el rey de Israel!
Y se lanzaron contra él. Pero Josafat gritó una orden, 33y entonces los comandantes vieron que aquél no era el rey de Israel, y lo dejaron. 34Un soldado disparó el arco al azar e hirió al rey de Israel, atravesándole la coraza. El rey dijo al conductor de su carro:
–Da la vuelta y sácame del campo de batalla, porque estoy herido.
35Pero aquel día arreció el combate, de manera que sostuvieron al rey en pie en su carro frente a los sirios, y murió al atardecer; la sangre goteaba en el interior del carro. 36A la puesta del sol corrió un grito por el campamento:
–¡Cada uno a su pueblo! ¡Cada uno a su tierra! 37¡Ha muerto el rey!
Llevaron al rey a Samaría, y allí lo enterraron. 38En el estanque de Samaría lavaron el carro; los perros lamieron su sangre, y las prostitutas se lavaron en ella, como había dicho el Señor.
39Para más datos sobre Ajab y sus empresas, el palacio de marfil y las ciudades que construyó, véanse los Anales del Reino de Israel. 40Ajab murió, y su hijo Ocozías le sucedió en el trono.
Josafat de Judá (870-848) (2 Cr 17–19)
41Josafat, hijo de Asá, subió al trono de Judá el año cuarto del reinado de Ajab de Israel. 42Cuando subió al trono tenía treinta y cinco años, y reinó veinticinco años en Jerusalén. Su madre se llamaba Azubá, hija de Siljí. 43Siguió el camino de su padre, Asá, sin desviarse, haciendo lo que el Señor aprueba. 44Pero no desaparecieron los santuarios paganos; la gente seguía ofreciendo allí sacrificios y quemando incienso. 45Josafat vivió en paz con el rey de Israel.
46Para más datos sobre Josafat, las victorias que obtuvo y las guerras que hizo, véanse los Anales del Reino de Judá. 47Desterró del país los restos de prostitución sagrada que había dejado su padre, Asá. 48El trono de Edom estaba entonces vacante. 49Josafat se construyó entonces una flota mercante para ir por oro a Ofir, pero no pudo zarpar, porque la flota naufragó en Esión Guéber. 50Entonces Ocozías, hijo de Ajab, propuso a Josafat:
–Que vayan mis hombres con los tuyos en la expedición.
Pero Josafat no quiso.
51Josafat murió; lo enterraron con sus antepasados en la Ciudad de David, su antecesor, y su hijo Jorán le sucedió en el trono.
Ocozías de Israel (853-852)
52Ocozías, hijo de Ajab, subió al trono de Israel, en Samaría, el año diecisiete de Josafat de Judá. Reinó sobre Israel dos años. 53Hizo lo que el Señor reprueba, imitando a su padre y a su madre, y a Jeroboán, hijo de Nabat, que hizo pecar a Israel. 54Dio culto a Baal; lo adoró, irritando al Señor, Dios de Israel, igual que había hecho su padre.