2 Reyes, 13

Joacaz de Israel (813-797)

13 1Joacaz, hijo de Jehú, subió al trono de Israel en Samaría el año veintitrés del reinado de Joás de Judá, hijo de Ocozías. Reinó diecisiete años. 2Hizo lo que el Señor reprueba: repitió al pie de la letra los pecados que Jeroboán, hijo de Nabat, hizo cometer a Israel. 3El Señor se encolerizó contra Israel y lo entregó, durante todo aquel tiempo, en poder de Jazael de Siria y de Ben-Adad, hijo de Jazael. 4Joacaz imploró al Señor, y el Señor lo escuchó, al ver cómo el rey de Siria oprimía a Israel. 5El Señor dio a Israel un salvador, que lo libró de la dominación siria, y los israelitas pudieron habitar sus casas como antes. 6Pero no se apartaron de los pecados que la dinastía de Jeroboán había hecho cometer a Israel. Incluso el poste sagrado siguió de pie en Samaría. 7Por eso el Señor no le dejó a Joacaz más que cincuenta jinetes, diez carros y diez mil soldados de infantería; el rey de Siria los había destrozado y reducido a polvo que se pisotea.

8Para más datos sobre Joacaz y sus hazañas militares, véanse los Anales del Reino de Israel.

9Joacaz murió, y lo enterraron con sus antepasados en Samaría. Su hijo Joás le sucedió en el trono.

Joás de Israel (797-782)

10Joás, hijo de Joacaz, subió al trono de Israel en Samaría el año treinta y siete del reinado de Joás de Judá. Reinó dieciséis años. 11Hizo lo que el Señor reprueba. Repitió a la letra los pecados que Jeroboán, hijo de Nabat, hizo cometer a Israel; imitó su conducta.

12Para más datos sobre Joás y sus hazañas militares contra Amasías de Judá, véanse los Anales del Reino de Israel.

13Joás murió, y Jeroboán le sucedió en el trono. A Joás lo enterraron en Samaría con los reyes de Israel.

Muerte de Eliseo

14Cuando Eliseo cayó enfermo de muerte, Joás de Israel bajó a visitarlo y se echó sobre él llorando y repitiendo:

–¡Padre mío, padre mío, carro de Israel y su caballería!

15Eliseo le dijo:

–Agarra un arco y unas flechas.

Agarró un arco y unas flechas 16y Eliseo le mandó:

–Empuña el arco.

Lo empuñó, y Eliseo puso sus manos sobre las manos del rey 17y ordenó:

–Abre la ventana que da hacia el este.

Joás la abrió, y Eliseo dijo:

–¡Dispara!

Él disparó, y comentó Eliseo:

–¡Flecha victoriosa del Señor, flecha victoriosa contra Siria! Derrotarás a Siria en Afec hasta aniquilarla.

18Luego ordenó:

–Agarra las flechas.

El rey las agarró, y Eliseo le dijo:

–Golpea el suelo.

Él lo golpeó tres veces y se detuvo. 19Entonces el profeta se le enfadó:

–Si hubieras golpeado cinco o seis veces habrías derrotado a Siria hasta aniquilarla; pero así sólo la derrotarás tres veces.

20Eliseo murió, y lo enterraron.

Las guerrillas de Moab hacían incursiones por el país todos los años. 21Una vez, mientras estaban unos enterrando a un muerto, al ver las bandas de guerrilleros echaron el cadáver en la tumba de Eliseo y se marcharon. Al tocar el muerto los huesos de Eliseo, revivió y se puso en pie.

22Jazael, rey de Siria, había oprimido a Israel durante todo el reinado de Joacaz. 23Pero el Señor se apiadó y tuvo misericordia de ellos; se volvió hacia ellos, por el pacto que había hecho con Abrahán, Isaac y Jacob, y no quiso exterminarlos ni los ha arrojado de su presencia hasta ahora.

24Jazael de Siria murió, y su hijo Ben-Adad le sucedió en el trono. 25Entonces Joás, hijo de Joacaz, recuperó del poder de Ben-Adad, hijo de Jazael, las ciudades que Jazael había arrebatado por las armas a su padre, Joacaz. Joás le derrotó tres veces, y así recuperó las ciudades de Israel.

Notas:

13,1-9 Joacaz rey de Israel. El primer descendiente de Jehú reina en Israel durante diecisiete años (1); según el narrador, también «hizo lo que el Señor reprueba» (2); esto es, mantuvo, como los demás reyes anteriores, los dos centros de culto en Dan y Betel, donde había sendos becerros de oro entronizados por Jeroboán cuando decidió que nadie en Israel debía ir a dar culto a Jerusalén (cfr. 1 Re 12,25-33). Cuando el deuteronomista habla de «los pecados que Jeroboán, hijo de Nabat, hizo cometer a Israel» a lo largo de toda la historia de los reyes del norte, se refiere siempre a estos centros de culto. Según el versículo 3, durante el reinado de Joacaz se intensifica el hostigamiento de Siria contra Israel; pero ante la oración de súplica del rey, el Señor se compadece de Israel y le da un salvador que lo libra de la opresión siria (4s). Al no especificar quién fue ese salvador, se debe concluir que fue el mismo Joacaz el que hizo frente a Siria y la mantuvo alejada por un tiempo. Israel se sacudió brevemente la opresión extranjera, lo cual se entendía como una acción de Dios a favor del pueblo; pero no por eso abandonaron el rey o el pueblo los pecados heredados de Jeroboán, ni se convirtieron al Señor. 13,10-13 Joás de Israel. Es el segundo descendiente de la dinastía de Jehú. El cronista anticipa aquí los datos ya estereotipados sobre los monarcas del norte: fecha de ascenso al trono, años que gobernó y, a pesar de sus relaciones con Eliseo, el ya conocido juicio de valor «hizo lo que el Señor reprueba» (11); finalmente, el dato sobre su muerte y la noticia de que fue enterrado en Samaría junto a los demás reyes de Israel. 13,14-25 Muerte de Eliseo. Ya en su lecho de muerte, Eliseo recibe la visita de Joás, quien lo llama «padre… carro de Israel y su caballería» (14). Hasta el último momento de su vida, Eliseo está dispuesto a actuar a favor de su pueblo, de ahí las órdenes que da al rey y cuya ejecución se convierten en signos para Israel: le hace disparar algunas flechas y luego le ordena golpear el suelo (15-18), para vaticinarle luego las victorias parciales que tendrá sobre Siria (19). Con una breve frase se narra la muerte de Eliseo: «murió y lo enterraron» (20); sin embargo, para resaltar el papel trascendente del profeta, se narra a continuación el extraño caso de un hombre muerto que hubo de ser dejado en la misma tumba de Eliseo para huir de las guerrillas moabitas; el muerto resucita al contacto con los huesos de Eliseo (21). Es una manera de describir la acción vivificante del profeta para el pueblo.