1 Crónicas, 15

Traslado definitivo (2 Sm 6,12-16)

15 1David se construyó un palacio en la Ciudad de David, preparó un lugar para el arca de Dios y le levantó una tienda. 2Entonces dio una orden:

–Nadie puede transportar el arca de Dios a excepción de los levitas, porque el Señor los ha elegido a ellos para transportar el arca y para servirle a él eternamente.

3David congregó en Jerusalén a todos los israelitas para trasladar el arca del Señor al lugar que le había preparado. 4Luego reunió a los hijos de Aarón y a los levitas.

5Hijos de Quehat: el príncipe Uriel y ciento veinte de su familia. 6Hijos de Merarí: el príncipe Asayas y doscientos veinte de su familia. 7Hijos de Guersón: el príncipe Joel y ciento treinta de su familia. 8Hijos de Elisafán: el príncipe Semayas y doscientos de su familia. 9Hijos de Hebrón: el príncipe Eliel y ochenta de su familia. 10Hijos de Uziel: el príncipe Aminadab y ciento doce de su familia.

11David llamó también a los sacerdotes Sadoc y Abiatar, y a los levitas Uriel, Asayas, Joel, Semayas, Eliel y Aminadab, 12y les dijo:

–Ustedes son los jefes de familia de los levitas: purifíquense ustedes y sus hermanos para subir el arca del Señor, Dios de Israel, al lugar que le he preparado. 13Por no haber estado ustedes allí la primera vez, el Señor, nuestro Dios, acometió contra nosotros, ya que no fuimos a consultarlo como está mandado.

14Los sacerdotes y levitas se purificaron para trasladar el arca del Señor, Dios de Israel. 15Luego los levitas se echaron las andas a los hombros y levantaron en peso el arca de Dios, tal como había mandado Moisés por orden del Señor.

16David mandó a los jefes de los levitas organizar a los cantores de sus familias para que entonasen cantos festivos acompañados de instrumentos, arpas, cítaras y platillos. 17Los levitas se lo encomendaron a Hemán, hijo de Joel; a su pariente Asaf, hijo de Baraquías, y a Etán, hijo de Cusayas, descendiente de Merarí y pariente de los anteriores. 18Junto con ellos, en segundo puesto, a sus parientes Zacarías, hijo de Yaziel, Semiramot, Yejiel, Uní, Eliab, Benayas, Maseyas, Matitías, Eliflehu, Micneyas, Obededón y Yeguiel, porteros.

19Los cantores Hemán, Asaf y Etán tocaban platillos de bronce. 20Zacarías, Yaziel, Semiramot, Yejiel, Uní, Eliab, Maseyas y Benayas tenían arpas agudas. 21Matitías, Eliflehu, Micneyas, Obededón, Yeguiel y Azazías tenían cítaras de octava para dirigir el canto. 22Quenanías, jefe de los levitas, entonaba porque era experto. 23Baraquías y Elcaná eran porteros del arca. 24Los sacerdotes Sebanías, Josafat, Natanel, Amasay, Zacarías, Benayas y Eliezer tocaban las trompetas delante del arca de Dios. Obededón y Yejías eran porteros del arca.

25David, los ancianos de Israel y los generales fueron con gran alegría a trasladar el arca de la alianza del Señor desde la casa de Obededón. 26Y por haber protegido Dios a los levitas que la transportaban sacrificaron siete terneros y siete carneros. 27David vestía un manto de lino, igual que todos los levitas, los portadores del arca, los cantores y que Quenanías, director del coro. David llevaba también un efod de lino. 28Todo Israel acompañaba al arca de la alianza del Señor entre aclamaciones, al son de cuernos, trompetas y platillos y tocando arpas y cítaras. 29Cuando el arca de la alianza del Señor entraba en la Ciudad de David, Mical, hija de Saúl, estaba mirando por la ventana, y al ver al rey David haciendo cabriolas y bailando lo despreció en su interior.

Notas:

15,1–16,43 Traslado definitivo – El Arca en la tienda. A partir de los datos de 2 Sm 6,12-16 el Cronista reconstruye toda una liturgia coral, con nombres y ceremonias perfectamente organizadas. El énfasis recae en el papel de los levitas quienes son los encargados de transportar el Arca. Sobresale la importancia del canto y la música, y la atmósfera de alegría y fiesta. El Cronista construye en 16,8-36 un salmo de alabanza que pone de relieve el papel principal de los levitas: la alabanza a Dios que casi sustituye el culto sacrificial propio de los sacerdotes. En realidad es un poema compuesto por los Sal 105,1-15 (16,8-22), Sal 96,1-13 (16,23-33) y Sal 106,1.47-48 (16,34-36), que alaba al Señor por su obra salvadora. Después de la inauguración del culto en Jerusalén se menciona el culto en Guibeá (16,39-42) relacionándolo con la Tienda del desierto (Éx 29,38-42; Nm 28,3-8). De esta manera podrá justificarse más adelante la presencia de Salomón en este lugar (2 Cr 1,1-13).