1 Samuel, 27

David entre los filisteos (21,11-16)

27 1Sin embargo David pensaba:

–Saúl me va a eliminar el día menos pensado. No me queda más solución que refugiarme en el país filisteo; así, Saúl dejará de perseguirme por todo Israel y estaré seguro.

2Entonces, con sus seiscientos hombres, se pasó a Aquís, hijo de Maón, rey de Gat. 3David y su gente vivieron con Aquís en Gat, cada uno con su familia: David con sus dos mujeres, Ajinoán, la yezraelita, y Abigail, la esposa de Nabal, la de Carmel. 4Avisaron a Saúl que David había huido a Gat, y dejó de perseguirlo.

5David pidió a Aquís:

–Si quieres hacerme un favor, asígname un sitio en una población del campo para establecerme allí; porque este servidor tuyo no tiene por qué residir contigo en la capital.

6Aquel mismo día Aquís le asignó Sicelag. –Por eso Sicelag pertenece a los reyes de Judá hasta hoy–.

7David estuvo en la campiña filistea un año y cuatro meses. 8Solía subir con su gente a saquear a los guesureos, a los guirsitas y a los amalecitas, los pueblos que habitaban la zona que va desde Telán hasta el paso de Sur y hasta Egipto. 9David devastaba el país, sin dejar vivo hombre ni mujer; agarraba ovejas, vacas, burros, camellos y ropa, y se volvía al país de Aquís. 10Aquís le preguntaba:

–¿Dónde han saqueado hoy?

David respondía:

–Al sur de Judá.

O bien:

–Al sur de los yerajmelitas.

O bien:

–Al sur de los quenitas.

11David no se traía a Gat ningún prisionero vivo, hombre ni mujer, para que no lo denunciaran por lo que hacía. Ése fue su modo de proceder todo el tiempo que vivió en la campiña filistea. 12Aquís se fiaba de David, pensando que David se había enemistado con su pueblo, Israel, y que sería siempre vasallo suyo.

Notas:

27,1–28,2 David entre los filisteos. David tiene que retirarse del territorio de Judá. No se trata propiamente de una salida a servir a dioses extranjeros, pero tiene que someterse a los filisteos. Temiendo un ataque mortal por parte de Saúl, en cuyas promesas es mejor no confiar (1), David se pone al servicio de Aquís, rey de Gat. Se menciona explícitamente su tropa de seiscientos hombres y sus dos esposas. Después de su servicio a Aquís permanece en aquel territorio dieciséis meses (5-7). Los procedimientos de David en esta región no son propiamente un modelo a imitar. Pareciera que sus acciones se rigieran por el criterio según el cual «el fin justifica los medios». No es la primera vez que la Biblia nos relata los horrores y pecados de los personajes que de un modo u otro han sido exaltados por la historia; la historia misma y el lector de cada época debe encontrar en relatos como éste lo que contradice a la voluntad divina y hacer su propio juicio.