Deuteronomio, 22

Animales y objetos perdidos (Éx 23,4s)

22 1»Si ves extraviados al buey o a la oveja de tu hermano, no te desentiendas: se los devolverás a tu hermano. 2Si tu hermano no vive cerca o no lo conoces, recoge la res en tu corral, donde se quedará hasta que tu hermano venga a buscarla, y entonces se la devolverás. 3Lo mismo harás con su asno, con su manto, o con cualquier otro objeto que pierda tu hermano y que tú encuentres: no te desentiendas de ellos. 4Si ves el asno o el buey de tu hermano caídos en el camino, no te desentiendas, ayúdalos a levantarse.

Casos varios (Lv 19,19)

5»La mujer no llevará ropa de hombre ni el hombre se vestirá con ropas de mujer, porque el que así obra es abominable para el Señor, tu Dios.

6»Si de camino encuentras un nido de pájaros en un arbusto o en el suelo, con pollos o huevos y la madre junto a ellos, no agarrarás a la madre con los hijos; 7soltarás a la madre y puedes quedarte con los hijos. Así te irá bien y prolongarás tus días.

8»Si construyes una casa nueva, pondrás un muro de protección a la azotea, y así no harás a tu casa responsable de sangre si alguien se cayese de ella.

9»No sembrarás tu viña con semillas mezcladas, no sea que quede consagrado todo: la semilla que siembres y la cosecha de tu viña.

10»No ares con un buey y un asno juntos.

11»No vestirás ropa tejida de lana mezclada con lino.

12»Pongan borlas con flecos en las cuatro puntas del manto con que te cubras.

Relaciones sexuales

Acusación injusta del marido

13»Si uno se casa con una mujer y después de vivir con ella la aborrece, la calumnia y la difama, diciendo: 14Me he casado con esta mujer, y al acercarme a ella me encuentro con que no es virgen, 15el padre y la madre de la joven tomarán las pruebas de su virginidad, y las exhibirán ante los ancianos, en la puerta de la ciudad, 16y el padre de la joven declarará ante ellos: He dado mi hija a este hombre para que fuese su esposa; 17él la aborrece y ahora la difama afirmando que mi hija no era virgen. Aquí están las pruebas de la virginidad de mi hija. Y extenderá la sábana ante los ancianos de la ciudad.

18»Los ancianos de la ciudad detendrán al marido y le impondrán un castigo 19y lo multarán con cien monedas de plata –que darán al padre de la joven– por haber difamado a una virgen israelita; además, la joven seguirá siendo su mujer y no podrá despedirla en toda su vida.

20»Pero si su denuncia era verdadera, si la joven no era virgen, 21sacarán a la joven a la puerta de la casa paterna y los hombres de la ciudad la apedrearán hasta que muera, por haber cometido en Israel la infamia de prostituir la casa de su padre. Así extirparás la maldad de ti.

Adulterio

22»Si sorprenden a uno acostado con la mujer de otro, han de morir los dos: el que se acostó con ella y la mujer. Así extirparás la maldad de ti.

Casos de violación

23»Si uno encuentra en un pueblo a una joven prometida a otro y se acuesta con ella, 24los sacarán a los dos a las puertas de la ciudad y los apedrearán hasta que mueran: a la muchacha porque dentro del pueblo no pidió socorro y al hombre por haber violado a la mujer de su prójimo. Así extirparás la maldad de ti.

25»Pero si fue en despoblado donde el hombre encontró a la joven prometida, la forzó y se acostó con ella, morirá sólo el hombre que se acostó con ella; 26a la joven no le harás nada, porque no ha cometido un pecado que merezca la muerte; es como si uno ataca a otro y lo mata, 27él se la encontró en despoblado y la muchacha gritó, pero nadie podía defenderla.

28»Si uno encuentra a una joven soltera, la agarra y se acuesta con ella y los sorprenden, 29el hombre que se acostó con la joven dará a su padre cincuenta monedas de plata y tendrá que aceptarla como mujer por haberla violado, no podrá despedirla en toda su vida.

Notas:

22,1-4 Animales y objetos perdidos. El buey y el asno están en íntima relación con el tema de los derechos sociales, concretamente, con el tema de la familia, toda vez que son animales útiles para la labranza y, por tanto, indispensables para la economía y el sustento de la familia. En cualquier momento el buey, la oveja o el asno podían extraviarse con riesgo de no volver más a los predios de su amo, con lo cual sobrevendría el perjuicio. Pues bien, esta ley llama a todos a proteger a los animales que se encuentren descarriados o en dificultades como si fueran propios, con el fin de proteger la vida y el sustento de sus propietarios.

Así como había tanta preocupación por los animales domésticos de trabajo, también era muy importante la preocupación por la vida humana; eso es lo que Jesús quiere recordarle a sus contemporáneos, pues habían olvidado que el ser humano está por encima de cualquier ley (cfr. Lc 13,15s; 14,5).

 

22,5-12 Casos varios. Estas normas buscan mantener el equilibrio y la armonía tanto entre las personas (5.11s) como con los animales (6s.10), el medio ambiente en general (9) y las demás cosas (9). La intención es educar al pueblo para que cada persona viva y actúe como lo que es, y para que cada animal y cada vegetal cumpla correctamente la función que debe cumplir. Eso también es parte de la fidelidad y de la escucha obediente al proyecto de Dios que todo lo hizo bien (Gn 1,1–2,4a).

¿Por qué había de legislar el Deuteronomio sobre estos casos que son de puro sentido común? Aún no ha sido posible aclarar la causa; podría tratarse del esfuerzo por corregir prácticas populares que atribuían ciertos rasgos mágicos a la mezcla de diversos elementos; de todos modos, lo importante es la intención pedagógica orientada a la armonía y al uso adecuado de cada elemento. Conviene examinar los avances de la moderna bioética a la luz de estos criterios.

 

22,13–23,1 Relaciones sexuales. Hay cuatro casos considerados irregulares en las uniones conyugales. El primero es la acusación injusta del marido (13-19), penalizada con una multa que debía ser pagada al padre de la joven «por haber difamado a una virgen israelita» (19); además, tenía que seguir conviviendo con ella y no podía despedirla en toda su vida (19b). En caso de resultar cierta la denuncia del marido, la mujer debía morir apedreada por haber prostituido «la casa de su padre» (21). La preocupación más importante aquí es la virginidad de Israel, la cual tenía que estar representada en la virginidad de las jóvenes israelitas. El segundo caso, considerado también una maldad, es el adulterio, en cuyo caso tenían que morir ambos para extirpar la maldad en el pueblo (22). El tercer caso es la violación (23-29), con dos matices diversos: 1. Si la muchacha estaba comprometida y es sorprendida con otro en lugar poblado, ambos debían morir; ella, por no haber pedido socorro y él, por haber deshonrado la mujer de su prójimo (24). 2. Si la muchacha no estaba comprometida y ha sido tomada por la fuerza hallándose en despoblado, el hombre debía pagar una multa al padre de ella y tomarla por mujer sin posibilidad de despedirla nunca (28s). El cuarto caso es la prohibición de tener relaciones con la mujer del padre (23,1); ha de suponerse que no se trata propiamente de la madre, sino de la madrastra, alguna de las mujeres del padre polígamo.

En todos los casos, la preocupación fundamental es preservar y defender la virginidad de las muchachas israelitas, quienes eran el icono de la virginidad del pueblo consagrado exclusivamente al Señor, su esposo (cfr. Os 2,21s).