Esdras 3
Restauración del altar y del culto (Ageo, Zac 3; 6)
3 1Los israelitas se encontraban ya en sus poblaciones cuando al llegar el mes séptimo se reunieron todos en Jerusalén como un solo hombre. 2Entonces Josué, hijo de Yosadac, con sus parientes los sacerdotes, y Zorobabel, hijo de Sealtiel, con sus parientes, se pusieron a construir el altar del Dios de Israel para ofrecer en él holocaustos, como manda la ley de Moisés, hombre de Dios. 3Levantaron el altar en su antiguo sitio, a pesar del temor que les inspiraban los colonos extranjeros, y ofrecieron en él al Señor los holocaustos matutinos y vespertinos.
4Celebraron la fiesta de las Chozas, como está mandado, ofreciendo holocaustos según el número y el ritual de cada día 5y siguieron ofreciendo el holocausto diario, el de principios de mes, el de las solemnidades dedicadas al Señor y los ofrecidos voluntariamente al Señor.
6El día primero de octubre comenzaron a ofrecer holocaustos al Señor. Pero aún no se habían puesto los cimientos del templo. 7Entonces, de acuerdo con lo autorizado por Ciro de Persia, contrataron talladores de piedra y carpinteros, y dieron a los sidonios y tirios alimentos, bebidas y aceite para que enviasen a Jafa, por vía marítima, madera de cedro del Líbano.
8A los dos años de haber llegado al templo de Jerusalén, en el mes segundo, Zorobabel, hijo de Sealtiel, Josué, hijo de Yosadac, sus demás parientes sacerdotes y levitas, y todos los que habían vuelto a Jerusalén del cautiverio comenzaron la obra del templo, poniendo al frente de ella a los levitas mayores de veinte años. 9Josué, sus hijos y hermanos, Cadmiel y sus hijos, Hodavías, los hijos de Henadad, sus hijos y sus hermanos, los levitas, se pusieron todos al frente de los obreros que trabajaban en el templo.
10Cuando los albañiles terminaron de echar los cimientos, se presentaron los sacerdotes, revestidos, con trompetas, y los levitas, descendientes de Asaf, con platillos, para entonar himnos al Señor, según ordenó David, rey de Israel. 11Alabaron y dieron gracias al Señor porque es bueno, porque es eterna su misericordia con Israel.
Todo el pueblo alabó con grandes aclamaciones al Señor por haberse puesto los cimientos del templo. 12Muchos sacerdotes, levitas y jefes de familia –los ancianos que habían visto con sus propios ojos el primer templo– se lamentaban a voces, mientras otros muchos lanzaban gritos de alegría. 13Y era imposible distinguir entre gritos de alegría y sollozos, porque el clamor de la gente era tan grande que se oía desde lejos.
Notas:
3,1-13 Restauración del altar y del culto. Por analogía al capítulo 8, podemos calcular que el viaje se iniciaría en primavera y concluiría en pleno verano. Hay que imaginarse lo que significaba desplazar una caravana de cincuenta mil personas con los medios de entonces. El capítulo está centrado en el tema del Templo.
La restauración del culto restablece la legislación de Moisés y las instituciones de David. Esto significa que la nueva era está en continuidad con el pasado. La fiesta de las Chozas (4) correspondía al final de la vendimia y de todas las tareas del campo. Ordinariamente una fiesta agrícola, se aplicó a conmemorar el camino por el desierto al salir de Egipto. Resultaba oportuno celebrar como primera fiesta en la patria esa festividad alegre y popular: también los repatriados habían vivido en tiendas, repitiendo en cierto modo la experiencia de los salidos de Egipto.