Génesis, 10
Noaquitas: tabla de los pueblos (1 Cr 1,5-23)
10 1Descendientes de los tres hijos de Noé, Sem, Cam y Jafet, nacidos después del diluvio:
2Descendientes de Jafet: Gómer, Magog, Maday, Yaván, Tubal, Mésec y Tirás. 3Descendientes de Gómer: Asquenaz, Rifat y Togarma. 4Descendientes de Yaván: alasios, tartaseos, queteos, rodenses. 5De ellos se separaron los pueblos marítimos.
Hasta aquí los descendientes de Jafet, cada uno con tierra y lenguas propias, por familias y pueblos.
6Descendientes de Cam: Nubia, Egipto, Put y Canaán. 7Descendientes de Nubia: Sebá, Javilá, Sabtá, Ramá y Sabtecá. Descendientes de Ramá: Sebá y Dedán. 8Nubia engendró a Nemrod, el primer soldado del mundo; 9fue, según el Señor, un intrépido cazador, de donde el dicho: intrépido cazador, según el Señor, como Nemrod. 10Las capitales de su reino fueron Babel, Erec, Acad y Calno en territorio de Senaar. 11De allí procede Asur, que construyó Nínive, Rejobot-Ir, Calaj 12y Resen entre Nínive y Calaj; ésta última es la mayor. 13Egipto engendró a los lidios, anamitas y lehabitas, naftujitas, 14patrositas, caslujitas y cretenses, de los que proceden los filisteos. 15Canaán engendró a Sidón, su primogénito, y a Het 16y también a los jebuseos, amorreos, guirgaseos, 17heveos, arquitas, sinitas, 18arvadeos, semareos y jamateos. Después se dividieron las familias de Canaán; 19el territorio cananeo se extendía desde Sidón hasta Guerar y Gaza; siguiendo después por Sodoma, Gomorra, Adamá y Seboín, junto a Lasa.
20Hasta aquí los hijos de Cam, por familias y lenguas, territorios y naciones.
21También engendró hijos Sem, hermano mayor de Jafet y padre de los hebreos.
22Descendientes de Sem: Elam, Asur, Arfaxad, Lud y Aram. 23Descendientes de Aram: Us, Jul, Guéter y Mésec. 24Arfaxad engendró a Sélaj y éste a Héber. 25Héber engendró dos hijos: uno se llamó Péleg, porque en su tiempo se dividió la tierra; su hermano se llamó Yoctán. 26Yoctán engendró a Almodad, Sélef, Jasarmaut, Yéraj, 27Hadorán, Uzal, Diclá, 28Obel, Abimael, Sebá, 29Ofir, Javilá y Yobab: todos descendientes de Yoctán. 30Su territorio se extendía desde Mesa hasta Sefar, la montaña oriental.
31Hasta aquí los descendientes de Sem, por familias, lenguas, territorios y naciones.
32Hasta aquí las familias descendientes de Noé, por naciones; de ellas se ramificaron las naciones del mundo después del diluvio.
Notas:
10,1-32 Noaquitas: tabla de los pueblos. Quienes están haciendo este enorme trabajo de analizar críticamente la historia de Israel y del mundo dan un paso más en la búsqueda de los verdaderos responsables del mal en la historia. Ahora, el análisis se centra en el conjunto de naciones, pero de un modo particular en las grandes y poderosas que con sus proyectos de muerte oprimieron y humillaron tantas veces a los pueblos más pequeños. Nótese que las naciones de las cuales Israel tiene los más dolorosos recuerdos están en relación directa con Cam, el hijo maldito de Noé.
Bajo ningún concepto es posible atribuir un valor literal a este relato. Estamos ante el género literario llamado «genealogía», cuya intención no es dar un informe históricamente verificable, sino establecer las ramificaciones de una descendencia que se multiplica en el mundo de acuerdo con una clasificación muy particular. Tampoco aquí, como en el caso de los hijos de Caín (4,17-24), se trata de una descendencia biológica. Los nombres mencionados hacen referencia a pueblos, islas y naciones que se desprenden de un tronco común, Noé, signo de la vida en medio del panorama de muerte que representa el diluvio. Su misión y sentido en el mundo era crecer, multiplicarse, poblar la tierra, administrarla (cfr. 9,7), pero nunca fueron fieles a esa misión que Dios les había confiado. Así, este género literario sirve para enmarcar y expresar lo que los redactores del Pentateuco quieren decir al «resto de Israel»: que en la praxis del mal en el mundo, las naciones, especialmente las grandes y poderosas, tienen la responsabilidad mayor.
Nótese que los redactores no dividen el mundo en cuatro partes, como es habitual, sino que lo dividen en tres para expresar las relaciones de Israel con los demás pueblos: un tercio del mundo, descendiente de Jafet, son pueblos marítimos (5), lejanos, desconocidos y, por tanto, neutrales en relación con Israel. Otro tercio está compuesto por los descendientes de Cam, el hijo que se hizo merecedor de la maldición por no haber respetado a su padre. Las relaciones que establece con la descendencia de Cam, es decir, con las naciones que proceden de este tronco maldito, son negativas. Aquí están incluidos los países que más dolor y muerte ocasionaron a Israel: Babilonia, Egipto, Asiria y los cananeos. Estas grandes naciones también merecen ser juzgadas por su responsabilidad directa en las grandes catástrofes históricas. El otro tercio del mundo está conformado por los descendientes de Sem, los semitas. Son los pueblos del desierto que participan de un fondo histórico común que, de un modo u otro, los acerca. Son pueblos hermanos por sanguinidad y por su suerte histórica. Éste debería ser el criterio para una búsqueda de la paz en el Cercano Oriente actual, no la lucha ni la exclusión del territorio.
El número total de pueblos y naciones que descienden de los tres hijos de Noé es de setenta, número perfecto para la mentalidad hebrea. No se quiere decir con ese número que el mundo y su historia sean perfectos; se busca consolar y animar al pueblo diciéndole que, pese a los dolores y las tragedias de la historia ocasionados por el egoísmo y por la «adamacidad» de tiranos, grupos de poder y de naciones poderosas, pese a todo ello, el mundo y la historia están en manos de Dios. En esto consiste la perfección, en que la historia y el mundo no se han escapado de las manos de Dios.