Josué, 20

Ciudades de refugio (Nm 35; Dt 19)

20 1El Señor dijo a Josué:

2–Di a los israelitas: Determinen cuáles serán las ciudades de refugio, de las que les habló Moisés, 3donde pueda buscar asilo el que haya matado a alguien sin intención. Ellas les servirán de refugio contra el vengador de la sangre. 4El que busque asilo en una de esas ciudades, se colocará en la plaza junto a la puerta de la ciudad y expondrá su caso a los ancianos, éstos lo admitirán en la población y le señalarán una casa para vivir entre ellos. 5Si el vengador de la sangre llega en su persecución, no le entregarán al homicida, porque mató involuntariamente, sin estar enemistado con el otro. 6Vivirá en aquella ciudad mientras no comparezca a juicio ante la asamblea, hasta que muera el sumo sacerdote en funciones por entonces. Después el asesino podrá volver a su ciudad y a su casa, a la ciudad de la que huyó.

7Entonces los israelitas consagraron las siguientes ciudades: Cades de Galilea, en los montes de Neftalí; Siquén, en la serranía de Efraín; Villa Arbá –o sea, Hebrón–, en la serranía de Judá. 8En Transjordania, al este de Jericó, sañalaron Béser en el desierto, en la llanura de la tribu de Rubén; Ramot de Galaad, en la tribu de Gad, y Golán de Basán, en la tribu de Manasés.

9Ésas fueron las ciudades designadas para los israelitas y emigrantes que vivieran entre ellos, con el fin de que pudiera encontrar asilo en ellas el homicida involuntario, librándose de morir a manos del vengador de la sangre, antes de comparecer ante la asamblea.