Josué, 3

Paso del Jordán (Éx 14s)

3 1Josué madrugó, levantó el campamento de Sittim, llegó hasta el Jordán con todos los israelitas y pasaron allí la noche antes de cruzarlo.

2Al cabo de tres días, los escribas recorrieron el campamento, 3dando esta orden a la gente:

–Cuando vean moverse el arca de la alianza del Señor, nuestro Dios, llevada por los sacerdotes levitas, empiecen a caminar desde sus puestos detrás de ella. 4Pero dejen entre ustedes y el arca una distancia aproximada de mil metros, no se acerquen a ella. Así sabrán por dónde tienen que ir, porque ninguno de ustedes ha pasado antes por ese camino.

5Y Josué ordenó al pueblo:

–Purifíquense, porque mañana el Señor hará prodigios en medio de ustedes.

6Josué ordenó a los sacerdotes:

–Levanten el arca de la alianza y pasen el río delante de la gente.

Levantaron el arca de la alianza y marcharon delante de la gente.

7El Señor dijo a Josué:

–Hoy empezaré a engrandecerte ante todo Israel, para que vean que estoy contigo como estuve con Moisés. 8Tú ordena a los sacerdotes portadores del arca de la alianza que cuando lleguen a la orilla se detengan en el Jordán.

9Josué dijo a los israelitas:

–Acérquense aquí a escuchar las palabras del Señor, su Dios. 10Y dijo Josué: Así conocerán que un Dios vivo está en medio de ustedes, y que va a expulsar ante ustedes a cananeos, hititas, heveos, fereceos, guirgaseos, amorreos y jebuseos. 11Miren, el arca de la alianza del dueño de toda la tierra va a pasar el Jordán delante de ustedes. 12Ahora elijan doce hombres de las tribus de Israel, uno de cada tribu. 13Y cuando los pies de los sacerdotes que llevan el arca de la alianza del dueño de toda la tierra pisen el Jordán, la corriente del Jordán se cortará: el agua que viene de arriba se detendrá formando un embalse.

14Cuando la gente levantó el campamento para pasar el Jordán, los sacerdotes que llevaban el arca de la alianza caminaron delante de la gente. 15Y al llegar al Jordán, en cuanto se mojaron los pies en el agua –el Jordán va hasta los bordes todo el tiempo de la cosecha–, 16el agua que venía de arriba se detuvo, creció formando un embalse que llegaba muy lejos, hasta Adán, un pueblo cerca de Sartan, y el agua que bajaba al mar del desierto, al Mar Muerto, se cortó del todo. Así, el pueblo cruzó a la altura de Jericó.

17Los sacerdotes que llevaban el arca de la alianza del Señor estaban quietos en el cauce seco, firmes en medio del Jordán, mientras Israel iba pasando por el cauce seco, hasta que todo el pueblo terminó de pasar el Jordán.

Notas:

3,1–5,1 Paso del Jordán. En la mente de los redactores de la corriente sacerdotal (P), la salida de Egipto no podía darse sin un marco espectacular; del mismo modo, para la corriente deuteronomista (D) era necesario enmarcar el paso del desierto a la tierra fértil, a la tierra de la libertad, en otro hecho maravilloso: las aguas del Jordán se abren para dar paso a un pueblo libre que, se supone, ha superado la prueba del desierto. Hay un especial cuidado en hacer ver que las aguas no se abren para dar paso a la multitud sólo porque ésta se aproxime a la orilla; las aguas se detienen sólo cuando en ellas ha penetrado el arca de la alianza. Si el pueblo no pone por delante su compromiso con Dios, o mejor, si el pueblo no camina detrás del proyecto de la vida que Dios le propone, no puede sobrevivir, los obstáculos no se retirarán de su camino. Las aguas del Jordán se cierran de nuevo una vez que el arca, símbolo de la Presencia, de la Palabra, del Proyecto de Dios se ha retirado de en medio; igualmente se anegará la vida de Israel el día que quite de en medio al Dios vivo. Pero si lo mantiene, tendrá vida y todo el mundo temblará ante Él; es decir, tendrá argumentos y señales concretos para demostrar en qué consiste tener al Dios de la vida en medio del pueblo. Esto lo podían entender a cabalidad los oyentes de la época de la redacción del libro, porque justamente estaban experimentando en carne propia lo que significa apartar al Señor –o apartar al Señor y su propuesta de vida– de su camino.